Carlos Crespo es un empresario dedicado a la hostelería con varios restaurantes en Madrid y Santander, como ‘La Bodega del Riojano’ o ‘Días Desur’. Pone en valor la relación calidad precio de sus negocios así como la experiencia que ofrecen de acompañamiento a la comida. “Si te fías de quien consideras un experto es para hacerle caso y para que sea tu confidente”, sostiene este empresario sobre la relación con sus asesores.
¿En qué consiste su negocio?
Nos dedicamos a la hostelería. En Santander tenemos ‘La Bodega del Riojano’, un restaurante muy conocido, ‘Días Desur’ desde hace unos meses, también conocido, una vermutería, el ‘Solórzano’, y participamos con Carlos Salas en un local que está en el extrarradio y que se llama ‘La Frontera’. Además, tenemos una participación en ‘La Casona del Judío’, otro restaurante que está en Cueto, y no me quiero olvidar de ‘Pan de Cuco’, un restaurante que tenemos en Suesa y que es muy importante para mí. Lo iniciamos con Álex Ortiz Cayon, chef ejecutivo de todos los locales, y con Carlos Hernández de Sande, mi mano derecha en operaciones y en el contacto con HFC, con la colaboración de Violaya Sánchez.
¿Con qué valores identifica su proyecto empresarial?
Tenemos un tipo de ‘ticket’ adecuado, es decir, con un precio acorde con lo que ofrecemos, y tratamos de cuidar mucho todo lo que acompaña a la experiencia de la comida, así como esa relación calidad precio equilibrada. En el caso de ‘La Bodega del Riojano’, por ejemplo, esto es de sobra conocido. Es un restaurante emblemático de la ciudad porque ya lo era antes de que lo tuviéramos nosotros. Ya venía de la familia Merino, desde 1940, por lo que cuenta con una gran historia que nosotros seguimos manteniendo y la ponemos en valor. Eso hace que sea un local único por sus características.
¿Qué próximos retos se plantea en su empresa?
Nos gusta iniciar proyectos. Justo ahora, antes de que llegaras, estábamos hablando de uno nuevo muy pequeño pero que nos hace mucha ilusión. Es una hamburguesería y se llamará ‘La Carnaza’. No tiene nada que ver con lo que hacemos, pero le estamos dedicando mucho tiempo y mucha ilusión. Además, también queremos mejorar lo que ya tenemos, como en el caso del ‘Solórzano’, donde tenemos previsto iniciar una obra. En definitiva,tratamos de mejorar y si surge alguna oportunidad que nos encaje en nuestra manera de ver las cosas la aprovechamos, y si no mantenemos lo que tenemos y lo cuidamos.
¿Cuál es su relación actual con HFC?
La relación con HFC viene de lejos, de hace muchos años. Ellos han sido nuestros asesores para todo, no solo en hostelería, porque antes teníamos otras actividades como zapaterías, una marca de cerveza, y algo inmobiliario. Ahora solo nos dedicamos a hostelería que ha sido siempre y es nuestra actividad principal. Durante todos estos años, HFC ha sido nuestra asesoría global, tanto en lo concreto, en el tema fiscal, como en la toma de decisiones y en la estrategia. Son unos consultores muy cercanos y globales. Es que si te fías de quien consideras un experto es para hacerle caso y para que sea tu confidente, y es importante que sea capaz de ver todos tus defectos y tus virtudes. Realmente en HFC tienen una visión más objetiva de lo que es tu negocio. Una vez que tienen tus datos y te van conociendo, porque a veces las tomas de decisiones son subjetivas y dependen mucho de tu personalidad, te fías. Esto es lo esencial, tener confianza y a mí HFC siempre me la ha dado.
¿Cómo se ha gestado esa confianza?
A través del conocimiento personal. Vas conociendo a sus equipos y ellos a los tuyos. Creo que tiene que haber una reciprocidad y una buena sintonía, algo que siempre ha habido. Y sobre todo confianza, para cualquier duda que tienes a la hora de hacer una inversión o de tomar una decisión, tanto cuando las cosas van bien como cuando van mal. Realmente siempre me he sentido tratado muy bien y creo que eso es básico.